Atención. Al acceder a este sitio web y a este artículo, usted reconoce haber leído y estar al tanto y aceptar todo lo establecido en el correspondiente AVISO LEGAL sobre la propiedad intelectual, licencia para compartir, etc., así como lo referido a la política de privacidad y cookies. Si deseas compartir este artículo, por favor utiliza los botones de compartir habilitados para ello o copia la dirección desde la barra de navegación y pégala donde lo necesites; pero NO COPIES Y PEGUES EL ARTÍCULO, ni todo su texto ni parte de él, en otro sitio: eso es ilegal y, haciéndolo, esas personas ya no necesitarán acceder a mi página web para leerlos.
La Eucaristía es el único y verdadero amor, la síntesis, esencia y perfección de todo amor y de cualquier amor, y en ella se realiza y lleva al culmen el amor nupcial. Es la razón de ser y el fundamento del matrimonio católico, el cual es ─necesariamente y obligatoriamente─ eucarístico; ya que, siendo Jesucristo el que valida el matrimonio y siendo Él la Eucaristía, es esta la que hace que el matrimonio católico sea válido ante Dios. El Matrimonio católico es sacramento, precisamente porque proviene y se sostiene del Sacramento padre y madre de todos los sacramentos: la Sagrada Eucaristía. Dicho de otra forma, las personas que se casan por la Iglesia Católica quedan eucarísticamente unidas formando un solo Cuerpo y Sangre con Jesucristo, se hacen «una sola Carne», en un sentido eucarístico místico, con Dios. Por eso, el matrimonio católico es doctrinal y teológicamente indisoluble, ya que consuma una unión eucarística con Dios que ya ningún poder humano puede borrar, sino que está consumada y legitimada en el Cielo.
Siempre nos habían dicho...
que en la Eucaristía estaba Dios.
¡Y era verdad!
Pero nunca nos habían dicho...
que, en la Eucaristía,
también estábamos los dos:
que estabas tú,
y estaba yo.
Que la Eucaristía era nuestro verdadero Hogar,
y nuestro verdadero Amor.
Una Eterna y Divina Comunión.
Una Trinidad Eucarística de Amor,
Unidos para siempre con Dios...
¡Dios! ¡Tú! ¡Y yo!
que en la Eucaristía estaba Dios.
¡Y era verdad!
Pero nunca nos habían dicho...
que, en la Eucaristía,
también estábamos los dos:
que estabas tú,
y estaba yo.
Que la Eucaristía era nuestro verdadero Hogar,
y nuestro verdadero Amor.
Una Eterna y Divina Comunión.
Una Trinidad Eucarística de Amor,
Unidos para siempre con Dios...
¡Dios! ¡Tú! ¡Y yo!
Gracias por leer y visitar nuestro blog. También puedes buscar en el índice completo de artículos publicados o bien elegir entre cualquiera de los siguientes que yo he escogido para ti:
- Solicitamos al Papa Francisco y a los Obispos que aprueben el Dogma de la Cohabitación Eucarística de la Virgen María y de todas las Almas en Gracia Santificante, con Jesucristo en la Eucaristía
- Yo, David, soy el autor de este mensaje de nuestra presencia y cohabitación con Jesucristo en la Eucaristía
- Demostración rápida y sencilla de que nosotros habitamos con Jesucristo en la Eucaristía, de modo sobrenatural y como preparación de nuestra futura estancia con Él en el Cielo
- Demostración rápida y simple de que, al comulgar a Jesucristo, nos comulgamos también unos a otros por medio de Él
- Nosotros también estamos en la Eucaristía, sobrenaturalmente, con Jesucristo
- En la Eucaristía comulgamos y nos comulgamos
- Aprender a comulgar de verdad, como se debe y se tiene que comulgar
- Aprender a comulgar a la Santísima Virgen María
- El Amor y la Comunión Eucarística siempre tiene que ser trinitaria
- Esta es la oración más poderosa del mundo, la manera más poderosa y perfecta de orar
- Milagro Eucarístico donde Jesús pidió a la Iglesia que adore su Cuerpo y su Sangre unidos a su Santísima Madre
- La Comunión en la mano está demoliendo tu Fe, sin tú darte ni cuenta: demostración psicológica.
© Copyright, all rights reserved by, todos los derechos reservados por, «David Eucaristía», davideucaristia@yahoo.es, www.davideucaristia.com, 2012-16.